Extrañar es llevar un nudo aletargado en la garganta, es preguntarse dónde estará?, qué hará?... es preguntarse si pensará un poco de lo que uno la piensa. Es recordar, es fracasar en el intento de olvidar una vez mas.
A menudo hojeo tus palabras, tus caricias y nuestros momentos en el viejo diván que escondí bajo la cama con la intención de dejarte en un ayer. Pero me veo y reconozco de nuevo el intento sin éxito.
Pero hay otros minutos en los que te sueño diferente, sueño despierto con tu cintura, tus gestos, tus ideales. Sueño que te conoceré y reconoceré. Sueño que el siguiente momento será el indicado, que no serás ya solo un fantasma más o una ilusión ciega de un futuro inalcanzable, de un nombre aún sin pronunciar.
Y así es que me divago entre el fuiste y el serás, entre ese recuerdo y la posibilidad. Es imposible reconocerme sin pensarte. Pero dicha de suerte que la tragedia se esconde en el simple hecho de que esa, tu ausencia, no puede existir "ayer" ni "mañana", pero respira en donde no quiero pero debo estar, "ahora".
Así que a ti, la esperada, la armada de los pedazos ajenos de entre los "fueron" y los "rescatados". La que no se fuga, la que no despierta al que no te necesita. Es a ti a quien motivo este ejercicio de la hoja en blanco. La que fue y es libre, la que no regresará ni espero que lo haga. La que puede ser, la que a fuerza de esperanza de tenerte algún día me mantengo respirando un día más.
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Pero si acaso llega a suceder.. en el extraño por venir en que no llegues, sino que regreses... entérate que sigues siendo la que nunca soñé hasta aquel día de -hola- y yo -que tal!!
martes, 2 de marzo de 2010
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